El cebador
27 de febrero de 2013 Categoría : Condensador, El cebador, Interiores 1
Aprovechando que tengo uno desarmado, en el siguiente post haré un pequeño inciso para darle un repaso a las partes de mi componente favorito de las lámparas fluorescentes: El cebador.
Su función no es otra que la de ejercer como arrancador.
¡¡Al turrón!!
Cuando observamos un cebador podemos ver que es una pequeña pieza cilíndrica con dos pines de contacto. La carcasa que lo recubre está hecha de plástico por lo que a simple vista es imposible atisbar lo que guarda en su interior.
Una vez despojado de la carcasa observamos
el esqueleto que sencillamente lo convierte en cebador.
Repasemos pues sus partes.
La ampolla de vidrio: De material eficaz para
absorber posibles radiaciones perjudiciales para los
Seres Vivos. Está rellena de un gas noble, puede ser
Neón o Argón. Dentro de esta ampolla
se encuentra una lámina bimetálica
Lámina bimetálica: Se trata de un contacto formado
por una lámina con forma de U que es el contacto
fijo (número 2 en la foto). La otra lámina (1) es el contacto móvil.
La posición normal de este contacto debe ser abierta.
En el momento del arranque de la lámpara se creará un
arco eléctrico entre ellas que ionazado por el gas noble creará el calor
suficiente para que el contacto móvil se dilate juntándose con el contacto fijo.
En ese momento el arco cesa, la temperatura baja y el contacto vuelve
a abrirse para permanecer así mientras la lámpara esté encendida.
Todo ese proceso dura menos de un segundo ¿increíble?
El condensador: Nos topamos también con un
condensador que está ligado a los pines de contacto.
La función de este condensador es la de amortiguar
el ruido en los receptores de radiodifusión del mismo
durante su funcionamiento, es decir, es un antiparasitario.
Un cebador puede funcionar perfectamente sin él,
pero el condensador alarga su vida
En un post anterior hice un repaso también del cebador
que puede verse en equipo de lámparas fluorescentes